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viernes, 9 de septiembre de 2022

Reseña: Un mundo helado

 ¡Hola hola! Hoy traigo la reseña de mi última lectura, esa que me ha costado tres semanas conseguir terminar. Hace unos cuatro años leí Un cuento oscuro, de la misma autora, y tengo que decir que me encantó. Así que cuando vi que este libro existía me imaginé que sería al menos remotamente parecido, y hace un mes lo cogí en la biblioteca con muchas ganas de leerlo. Qué pena.

Datos:

  • Autora: Naomi Novik
  • Editorial: Planeta
  • Género: fantasía
  • Páginas: 624
Sinopsis:

La familia de Miryem se halla al borde de la pobreza, hasta que ella se hace cargo de la situación y no tarda en ganarse la reputación de ser capaz de convertir la plata en oro.

Cuando el rey de los staryk, unas criaturas hechas de hielo que amenazan con llevarse el verano para siempre, se entera de tal hazaña le impone una tarea que parece imposible y que hará que Miryem descubra que tiene poderes. Tejerá una telaraña en la que quedarán atrapadas una joven campesina, Wanda, y la desdichada hija de un noble local que pretende casarla con el joven y apuesto zar Mirnatius.

Miryem y sus dos inesperadas aliadas se embarcarán en una desesperada odisea que las llevará hasta los límites del sacrificio, el poder y el amor.

Reseña:

A ver, por dónde empiezo. Es que no sé que ha fallado, porque este libro comparte ingredientes con Un cuento oscuro y ese sí que me encantó, pero aquí... no ha sido así. Hablemos primero del mundo de fantasía, ambientado en un folklore centroeuropeo sacado directamente de los cuentos. De hecho, estamos ante un retelling de Rumpelstiltskin. Tenemos una sociedad viviendo en la pobreza, siendo azotados por el duro invierno y por los staryk, unas criaturas heladas que tratan de acabar con el verano y roban el oro a los humanos. Es, desde luego, una ambientación original, diferente a lo que se suele ver en libros de fantasía (aunque es una fórmula que ya conocimos es el mencionado Un cuento oscuro) y, aunque no haya conseguido atraparme y evidentemente no querría pisar ese mundo ni de visita, se agradece leer algo con ese toque cultural desconocido.

El problema, para mí, ha sido otro. En realidad, dos: la narración y los personajes. Es una novela protagonizada por tres mujeres jóvenes: Miryem, la hija del prestamista del pueblo, Wanda, una campesina sumida en la pobreza y el maltrato, e Irina, la hija de un noble. La narración, generalmente, la lleva cualquiera de ellas tres en primera persona, pero a veces es algún otro personaje quien narra y no hay ninguna indicación fuera del texto que lo identifique, así que hay que deducirlo por el propio texto y se vuelve realmente confuso. Además, por aquello de contar lo mismo bajo diferentes puntos de vista, muchas veces se vuelve repetitivo. Y lo más pesado, para mí, han sido las larguísimas descripciones y las acciones repetitivas. En realidad, es una historia en la que apenas hay acción: tienen mucho más peso los planes que traman estas chicas que el llevarlos a cabo, y sobre todo lo lenta que es la narración. Me explico: trazan un plan juntas para mejorar sus situaciones, y yo esperaba que lo realizaran en seguida y la trama continuara, ya que era algo que tenía que ocurrir tres días después. Pero no, porque esos tres días ocupan unas doscientas páginas y yo recuerdo estar leyendo más por inercia que por interés. Se me hizo largo y pesado desde el principio, cuando se dedica más tiempo a dar a entender lo importante que es la riqueza y a cómo funciona el sistema económico que a que los personajes hagan algo. A ver, los personajes sí hacen algo: casarse con quien les mandan, no protestar y no sorprenderse con nada de lo que ven o les pasa. Sí, Miryem es lista, es capaz de librarse de problemas y salirse con la suya, pero ninguna muestra sentimientos o emociones. Todo me ha parecido apático, y así me ha dejado también a mí.

La trama no está mal, en realidad. Son tres tramas entrelazadas en las que estas chicas se tienen que enfrentar a diversos problemas: un padre maltratador, un marido que es un demonio de hielo, un marido que es un demonio de fuego... y bueno, ya está. De hecho, esas dos tramas son tan similares que se hace repetitivo. Al final, sigue la estructura de los cuentos clásicos. Miryem se jacta de ser capaz de convertir la plata en oro de forma figurada, hasta que el staryk se la lleva para hacer que la convierta para él de forma literal, como una especie de consecuencia clásica. Irina es obligada a casarse con el zar, pero solo porque este está poseído por un demonio que la quiere devorar. Y Wanda es fundamental para dar una voz a los desdichados, la gente pobre del pueblo de la sociedad feudal, quienes peor lo pasan en ese invierno perpetuo. Y, para mí, el dinero debería contar como un personaje más, ya que es el elemento que realmente mueve el mundo, tanto a los personajes individualmente como en el funcionamiento de cualquiera de los reinos. De verdad que el uso del dinero en este libro da para hacer una tesis.

Opinión final:

Aunque he intentado que esta reseña no fuera del todo negativa, no se puede negar la realidad: la historia no me ha gustado. De hecho, estuve a punto de abandonarla, pero no quise por si luego mejoraba. Y lo curioso es que este libro tiene muchísimas reseñas positivas, así que no sé si el problema es solo mío, pero de verdad que se me ha hecho largo y aburrido, no he conectado con los personajes y la trama no me interesaba nada. Ni siquiera el mundo, que sí me ha parecido interesante, ha conseguido atraparme lo suficiente. Así que le he puesto 2/5 estrellas en goodreads.

Si habéis leído el libro, me encantaría saber vuestra opinión. Yo me voy con mi nueva lectura, que me está gustando mucho más. ¡Nos leemos pronto!

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