Si Jay Kristoff fuera una mujer, El imperio del vampiro estaría en la sección juvenil, dirigido a un público femenino que suspiraría por Gabriel de León y tendría la etiqueta spicy.
Si Leigh Bardugo fuera un hombre, Seis de cuervos estaría en la sección de fantasía para adultos, dirigido a un público masculino que admiraría a Kaz Brekker y se avisaría de que en el libro aparecen violencia, drogas, secuestros, asesinatos y opresión.
Y me encantan ambos autores y libros, no los critico, solo reflexiono sobre la forma en la que están catalogados. No hay más que acercarse a la sección correspondiente en cualquier librería para darse cuenta: los géneros literarios están fuertemente influenciados por los géneros de sus autores.
Demos un repaso a la sección de los grandes nombres de la sección fantástica de Casa del Libro, por ejemplo: Abercrombie, Kristoff, Martin, Rothfuss, Sanderson, Tolkien. Por supuesto, hay más nombres, y algunos de ellos de mujeres (Kuang y Schwab, por supuesto), pero tienen mucha menos representación: no suelen estar todos sus libros, tan solo las novedades, y no se piden tanto como los autores ya mencionados, que forman parte del catálogo fijo.
Vamos ahora a la sección juvenil (o +15 años, como dicen en dicha librería): Bardugo, Black, Clare, Maas, Roberts, Yarros... he tenido que pasar hasta la página 3 de la sección de los más leídos para encontrar un autor, que es Klune con La casa en el mar más azul, porque no les quedó más remedio que ponerlo en juvenil (ejem, etiqueta LGBT). El resto, son mujeres. ¿Cuántos de esos libros podrían catalogarse directamente como "fantasía" sin el obligado apellido "juvenil"?
Esto da lugar a algo muy interesante: que yo, como librera, sin ni siquiera pararme a pensarlo, dirijo mis recomendaciones a una u otra estantería dependiendo del género del lector. Me explico: si un chico de dieciocho años me pide un libro de fantasía, me lo llevo a la sección que me pide. Si es en cambio una chica de dieciocho, me la llevo a la sección de fantasía juvenil. ¿Está esto mal? Quizás. ¿Funciona? El noventa por ciento de las veces, sí.
¿Es esto una infantilización de las lectoras, de las autoras, o de ambas? Estamos, evidentemente, dirigiendo lo que leen las lectoras hacia un objetivo concreto y separando las lecturas por un sesgo de género: ellas son chicas que leen mujeres, ellos son hombres que leen hombres. ¿Es intencionado, es casualidad o es lógico?
Los hombres suelen decir que leen lo que sea, sin mirar el género del autor, pero la realidad es que no hay más que mirar su historial de lectura para darnos cuenta de que tienden a leer "fantasía seria", es decir, la que está catalogada como adulta y no como juvenil, es decir, masculina. En cambio, mirando mi propio historial de lectura, yo misma tiendo más a leer a mujeres sin ser realmente a propósito: este año llevo leídos treinta y seis libros, y solo nueve de ellos son de hombres (y tres son del mismo autor).
Lo que me gustaría saber es si realmente leemos lo que nos apetece o más bien lo que las empresas nos dicen que leamos. ¿Las librerías, editoriales, etc son descriptivas o prescriptivas? ¿El librero te muestra lo que leen las personas de tu misma edad y género o te impone lo que deberías leer en base a tu edad y género?
A lo mejor el catálogo de Casa del Libro es muy bueno y acierta siempre con sus recomendaciones por género y edad, pero a mí me parece que es justo al revés: la librería te dice qué comprar, y tú haces caso. Esto no es ni malo ni bueno, es lo que es: prescripción. Por supuesto, podemos evitarlo, leer lo que nos dé la gana y no hacer caso a las recomendaciones de la librería sobre lo que nos va a gustar, pero no podemos negar que, en la mayoría de los casos, acierta. El sistema funciona, lo queramos o no.
Por supuesto, hay excepciones que se dan justo cuando el lector no está siendo aconsejado por la prescripción. Hace poco me dijo un chico de unos diecinueve años que quería empezar a leer, que recientemente se había leído un libro que había visto por ahí y le había gustado y que quería más. El libro en cuestión era Alas de sangre. Yo jamás le habría aconsejado ese libro, por varias razones que se resumen en que él no parecía una adolescente que lee "romantasy", como la mayoría de personas que compran ese libro. A él no se lo habían recomendado, solo le había llamado la atención y además le había gustado. Y aún así, no pude evitar llevármelo a la sección de fantasía y darle el primer libro de una saga de Sanderson, porque pensé que le podría gustar más. Qué difícil es salir de los prejuicios.
No puedo evitar mencionar que, aunque no se cumple siempre, en la mayoría de estos libros "juveniles" escritos por mujeres para mujeres jóvenes suele haber romance. Quizá ese sea realmente el rasgo distintivo entre sus categorías, la teoría de que a las chicas les gusta más leer romance mientras que los hombres buscan otro tipo de tramas. Quizá una parte de la sección de fantasía juvenil debería pasar a llamarse "romantasy" y así nos quitamos esa distinción por edad que tanto sobra, y ya de paso el sesgo de género.
Y todo esto, ¿me lo he inventado? ¿Es algo oficial y de sobra conocido? ¿Las chicas realmente buscan el romance y los chicos las tramas bélicas? ¿Somos, de verdad, tan simples? Yo creo que es algo que está cambiando poco a poco, pero más por un lado que por otro. No hay más que ver la variedad de gente en las colas de las firmas de Sanderson, Abercrombie o Kristoff para ver que los libros de fantasía escritos por hombres los leen hombres y mujeres por igual, o casi por igual. Donde creo que existe una mayor diferencia es en los libros escritos por mujeres, donde se tacha la trama de poco seria y se cae en la infantilización de la autora y la lectora por igual, delegándolos a "libros de chicas" de forma incluso peyorativa.
Mi conclusión en este tema es simplemente que nos demos cuenta, que nos fijemos cada vez que vayamos a una librería y veamos dónde están colocados los libros según el género, y que no nos dejemos llevar por ello. Hay vida mucho más allá de lo que las editoriales quieren que leáis.
Si no estáis de acuerdo conmigo, dejadme un comentario, porque creo que es un tema que da para mucho. Espero haberos hecho reflexionar y que haya resultado algo interesante. Nos leemos... en la próxima entrada.