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martes, 21 de septiembre de 2021

Géneros literarios IV: literatura juvenil

 Vamos a acabar con la serie de géneros literarios con algo que, en mi opinión, no es un género literario.
Yo tengo un amor-odio con el término "literatura juvenil". Por un lado, siento que es una etiqueta importante para definir aquella literatura dirigida a jóvenes. Por otro, siento que es imprecisa, confusa, y muchas veces innecesaria. Todo el mundo sabe la definición, no hace falta especificar lo que es. De hecho para mucha gente, en la que me incluyo, es la sección más interesante en en cualquier biblioteca. Pero siento que nos quedamos en la superficie con ese término. Porque, ¿alguien sabe explicarme dónde empieza y dónde termina la literatura juvenil? ¿Alguien puede ponerle límites? ¿Me puede dar unas características comunes? Es muy fácil decir que "es lo que leen los jóvenes", pero ¿por qué metemos en el mismo saco obras tan dispares? ¿Por qué incluimos en una misma sección lo que leen un niño de once años y una chica de diecisiete? ¿Y por qué muchas veces se trata a esta literatura como "de segunda", como un medio para llegar a la literatura "de verdad"?

¿Género literario?

Vamos a la parte más importante, o más teórica. ¿Alguien me puede explicar qué es la Literatura Infantil y Juvenil, o LIJ? Se teoriza mucho sobre esto, pero no se llega a ninguna conclusión. Yo tengo claro lo que no es: un género literario. Lo he metido en esta serie como un añadido, pero desde luego, no es un género. Para mí, es una etiqueta, como lo es la temática LGTB o cualquier otra. Esto parece muy evidente, hasta que llega el momento de ir a la librería y, sorpresa, la etiqueta prima sobre el género. Esto significa que si buscas un libro juvenil de fantasía deberás buscarlo entre los libros juveniles y no los de fantasía, porque fantasía "a secas" parece ser que significa "fantasía de verdad", es decir, adulta, y la juvenil es la que tiene el apellido.

Os cuento una anécdota con la que seguro que os identificáis. El otro día fui a una librería buscando Del amor y otras pandemias, de Myriam M. Lejardi, que es un libro romántico-cómico cuyos protagonistas están ya en edad universitaria. Fui directa a la sección de novela romántica, por supuesto, y estaba a punto de rendirme e irme con las manos vacías cuando se me ocurrió: "¿no será esto juvenil?". Efectivamente, lo encontré en la sección de juvenil, entre libros de fantasía y de todo tipo de géneros, casi imposible de encontrar. ¿Hasta qué punto es útil esta etiqueta si luego no diferenciamos entre géneros? ¿Esta sección implica que si eres adolescente te va a dar igual qué género leer, porque lees juvenil y está todo dentro del mismo saco?

¿Literatura "juvenil"?

Según Wikipedia, es la que está dirigida mayormente hacia lectores adolescentes, y sus temas son parecidos a los de la literatura adulta pero tratados de forma "suave". Vamos a reflexionar sobre esto poniendo ejemplos. Yo he leído muchos libros que me han dejado con una sensación extraña, como si no fueran lecturas del todo... adolescentes. Cuando leí Seis de Cuervos, de Leigh Bardugo (buenísimo, por cierto) me horroricé con la violencia explícita y los temas tan adultos y crudos que aparecían. No era solo que hubiera mucha acción, es que había heridos graves, palizas, sangre, muerte... y eso ni siquiera era la parte más dura. Se retratan injusticias sociales, traición, política, crueldad, pobreza, prostitución, sed de libertad... y no precisamente de forma suave y adaptada para jóvenes. Yo me pregunto qué tiene este libro para ponerle esta etiqueta, porque si yo lo hubiera leído demasiado joven me habría parecido demasiado oscuro, y lo que más me pregunto es por qué "juvenil" excluye a "adulto", porque este libro lo podría leer cualquier persona mayor de... ¿dieciséis? y disfrutarlo igualmente. E incluso, catalogarlo como fantasía oscura por su crudeza en algunas partes.

Y no hace falta irse al extranjero para encontrar este tipo de casos. Cuando me preguntan por los libros de Victoria Álvarez primero me sale decir que son juveniles, pero luego me lo pienso mejor y me doy cuenta de que no tienen nada en concreto que los haga juveniles. Pongamos Silverville, por ejemplo. Venganza, muerte, traición, prostitución, violencia sexual, economía y herencias,... hasta el propio género de la novela, un western, tiene poco de juvenil. Los personajes son todos adultos, los lectores no pueden identificarse con nada de lo que sale en el libro, y aún así triunfa entre jóvenes (y adultos). Y, por supuesto, Victoria nunca se librará de su etiqueta de juvenil... a menos que en vez de Victoria se llamara Víctor.

¿Literatura "femenina"?

Os invito a hacer un ejercicio de reflexión y que comparéis el número de autoras que hay en la sección de fantasía juvenil con las que hay en la de fantasía adulta, y lo mismo con los autores. Porque sí, si Victoria Álvarez o Victoria Schaw se llamaran Víctor, su público y sus etiquetas serían otras. Lo mismo pasaría si El nombre del viento hubiera sido escrito por Patricia Rothfuss y no por Patrick. Quiero que venga algún erudito a explicarme por qué El nombre del viento está en "fantasía" y por qué La Conjura de Aramat está en "juvenil" y no en "fantasía". Y que especifique las diferencias reales entre las dos, porque yo solo veo dos pequeñas diferencias: el género del autor/a y el del/la protagonista de la novela.

Ya os lo explico yo: a las mujeres, en especial en España, se las tiende a catalogar como juvenil desde el principio. He asistido a varias charlas en estos años sobre estos temas. Hace solo una semana estuve en la que tuvo lugar en la Feria del Libro de Madrid, donde a las tres autoras de juvenil que participaban les preguntaron si ellas escribían juvenil o si simplemente escribían y sus editoriales les ponían la etiqueta después. Ellas no se mojaron mucho con la respuesta y dijeron que sí, que las catalogaban directamente en juvenil pero que no les importaba. Pero también estuve hace unos meses en una ponencia impartida por Iria y Selene, autoras de juvenil, en una universidad, y ellas sí explicaron bien este tema con datos reales y sus fuentes. Os resumo una parte de los apuntes que tomé sobre esto:

"Los hombres prefieren protagonistas y autores hombres, las mujeres no tienen preferencia. Hombres escriben más sobre hombres (80%) que mujeres sobre mujeres (66%). Los más vendidos en LIJ son sobre todo mujeres, los premios de LIJ son sobre todo hombres. Mujeres suelen ser categorizadas en LIJ, aunque ellas escriban adulta: es un componente social, no es que más mujeres escriban LIJ, es que se las cataloga así. No son valoradas como autoras de fantasía, sino como de Literatura Infantil y Juvenil."

Breve añadido: he ido a la página de La Casa del libro y he abierto la página de "fantasía" a secas (adulto) y la de "fantasía +15 años". Lo que he encontrado no sorprenderá a nadie.
  • Juvenil> +15 años> fantasía> ordenar por más vendidos a la semana> mostrar 20: 20 autoras, 0 autores. Link
  • Literatura> géneros literarios> fantasía> ordenar por más vendidos a la semana> mostrar 20: 18 autores, 2 autoras. Link

¿Literatura "de segunda"?

Voy a contaros otra anécdota. Este año hice un curso de edición en el que una de las mejores clases fue la de literatura juvenil. La profesora, editora de infantil y juvenil en un gran grupo editorial español, nos preguntó si leíamos juvenil y si podíamos dar una definición. No me sorprendió descubrir que de mi clase de veinte personas solo tres o cuatro afirmamos leer juvenil. El resto, futuros editores en potencia, no solo no la leían sino que no sabían nada del tema. Pero lo que me molestó no fue eso, sino la respuesta de un compañero: "Creo que la literatura juvenil es importante porque es un medio para llegar a leer literatura adulta. Ayuda a conseguir un hábito lector para que los jóvenes puedan leer literatura [de verdad] en el futuro." No creo que haga falta que explique por qué esto está tan mal. 

Los adultos (hablo de adultos como si yo no lo fuera) tienen la costumbre de despreciar aquello que disfrutan los jóvenes, y en este caso a veces me parece que se lleva al extremo. La literatura juvenil no es un medio, es un fin en sí misma. Se puede disfrutar a cualquier edad, y no te convierte en peor lector. Os animo a leer lo que os dé la gana: infantil, juvenil, adulto, clásicos, ensayo, libros sobre plantas, novela gráfica, hombres, mujeres,... lo que más os apetezca y sin ninguna vergüenza, porque no existe la literatura "de segunda" y la "de verdad".

Un último apunte para acabar. En los últimos años se ha intentado controlar un poco esta etiqueta creando otras más pequeñas, que quizá conozcáis. Middle-grade sería de ocho a doce años, donde se cataloga a Harry Potter. Joven adulto o young adult sería juvenil de toda la vida, de trece a diecisiete años, donde meteríamos Los Juegos del Hambre. Nuevo adulto o new adult sería para más de diecisiete, donde creo que iría Seis de Cuervos. Y lo siguiente sería adulto, de dieciocho, pero ya me diréis qué sentido tiene diferenciar una etiqueta +17 de una +18... no lo veo necesario, por eso me parece que lo que se llama new adult debería ser simplemente adulto. Al final, creo que todas estas etiquetas lo único que hacen es crear divisiones donde no se necesitan y convertirse en eufemismos para la LIJ, que ya es bastante despreciada como para además no llamarla por su nombre.

Conclusiones

La conclusión es la de siempre en este blog: todo es relativo y abierto a interpretación. Cuanto más aprendo sobre este tema más abstracto y complejo me parece. Es imposible etiquetar todo bien cuando estamos condicionados por nuestra propia cultura, en la que se tiende a tomar más en serio lo que hacen, dicen y escriben los hombres y se menosprecia e infantiliza lo femenino. Se relega a las mujeres a la sección juvenil y en cierto modo es injusto, pero las autoras suelen declararse más cómodas así, bien por la costumbre o bien porque les gusta. 

Lo que no se puede negar es la fuerza que está cogiendo esta literatura en los últimos años, que antes solo era prescriptiva: la LIJ era únicamente lo que se mandaba leer en los colegios, como las colecciones de El Barco de Vapor. Fue en 2004 cuando se publicó Memorias de Idhún: Laura Gallego se convirtió en un referente de fantasía juvenil en España y empezaron a proliferar estos libros, dejándonos con el panorama actual dividido en comercial y prescriptivo, y lo comercial cogiendo cada vez más fuerza.

Hemos llegado al final de la entrada que tenía tantas ganas de hacer. Espero que haya sido interesante y útil, como siempre, pero hoy especialmente porque este es un tema que me parece muy importante. Creo que debemos reivindicar la literatura juvenil y dejar los eufemismos de lado, y sobre todo llegar a algún consenso sobre su definición, porque ni sus propias autoras se ponen de acuerdo. Al final, es un tema muy complejo. Espero haberos invitado a la reflexión, y me encantaría debatir sobre esto y leer vuestra opinión. Nos leemos en la siguiente entrada, porque ¡vuelven las reseñas! Tengo unas cuantas pendientes, así que las iré haciendo semanalmente y espero que las disfrutéis mucho, como yo he disfrutado leyendo.
¡Hasta pronto!

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